Decálogo del voluntariado

  1. Intento tratar al que solicita nuestra ayuda como si fuera yo el que estuviera en su lugar, sin olvidar la sonrisa ni la ternura.
  2. Procuro no discutir con quien me desafía, ni contesto con malas palabras . Callo con paciencia y respondo con calma.
  3. Realizo los bocadillos como si fueran para mí. Y cualquier comida de acompañamiento la preparo y la presento como si fuera mi propia cena.
  4. Me comprometo a ser disciplinado, a cumplir las tareas del turno pensando en los compañeros que lo cumplirán al día siguiente.
  5. Asumo la humildad como rasgo de identificación estando siempre dispuesto a realizar cualquier tarea que me sea encomendada para la mejora del grupo.
  6. Antes de criticar, contaré hasta diez. Y antes de juzgar, me juzgaré yo.
  7. Sé que lo único importante es amparar al que acude a nosotros, y para ello me esforzaré al máximo en aportar lo mejor de mí siendo indiferente que los demás se hayan esforzado más o menos que yo.
  8. Lucho contra el ego o el afán de protagonismo. Busco la modestia ,y evito las envidias pues solamente mi conciencia sabrá de mis sacrificios.
  9. Cuido el local como si fuera mi casa y cuando marcho me gusta dejarlo como si fuera yo el que al día siguiente lo abriera. Cuido mi aspecto porque sé que quienes a nosotros acuden, aunque estén necesitados, merecen todo nuestro respeto.
  10. Me siento orgulloso.